La cena del Señor: una koinonía


Estamos estudiando la epístola de Pablo a la iglesiaen Filipos y hemos aprendido que el tema unificador es que “la unidad y la koinonía en el evangelio producen gran gozo”. La cena del Señor es una expresión de nuestra unidad y koinonía en el evangelio y también produce gran gozo.

1ª Corintios 10:16–17
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?
El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo;
pues todos participamos de aquel mismo pan.

Hoy día cuando celebramos la cena del Señor, estamos plasmando nuestra unidad y koinonía en el evangelio, lo cual debe darnos gran gozo. Hemos aprendido que la koinonía es tener algo en común, compartir algo o trabajar en equipo. 



En la cena del Señor, estamos compartiendo la copa y el pan ya que tenemos en común la persona y la obra de Jesucristo.

¿En qué sentido es la copa una koinonía?

Nosotros los miembros del cuerpo de Cristo somos los que hemos sido perdonados por medio del sacrificio de Jesucristo en nuestro lugar. Ya que tenemos en común ese perdón, compartimos una copa.

La copa representa la sangre de Jesús derramada en sacrificio por nuestros pecados.

Jesús se entregó a sí mismo por nosotros en la muerte. Merecíamos la muerte por nuestro pecado, pero fue Él quien murió. Parecido a los sacrificios en el templo del Antiguo Testamento, Jesús fue el Cordero inmolado, “y con su sangre nos ha redimido para Dios” (Apocalipsis 5:9). La muerte sacrificial de Jesús nos reconcilió con Dios.

Cuando Jesús, que no conoció pecado, fue hecho pecado por nosotros, hizo que fuésemos hechos justicia de Dios en Él (2ª Corintios 5:21). El sacrificio de Jesucristo quitó la hostilidad entre nosotros y Dios a causa de nuestro pecado, y es aquel sacrificio que celebramos hoy día. La muerte de Jesús nos reconcilió con Dios.

El sacrificio de Jesucristo también quitó la hostilidad entre nosotros, así que somos uno en Cristo, y celebramos la unidad que tenemos en Él con esta copa. La muerte de Jesús nos reconcilió unos con otros, y aquí estamos juntos, tomando la copa juntos, proclamando la muerte de Jesús hasta que Él venga.

Dice Pablo, “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo?” (1ª Corintios 10:16). La copa es una koinonía.

¿En qué sentido es el pan una koinonía?

Es posible que nosotros los miembros del cuerpo de Cristo (la iglesia) seamos puestos miembros por medio de la muerte de Jesús, cuando su cuerpo físico fue quebrantado por nosotros en su muerte. Ya que somos un cuerpo en Cristo, compartimos un solo pan.

El pan representa la unidad que tenemos en Cristo.

Jesús mismo nos dijo que este pan partido representa su cuerpo que fue partido por nosotros, por eso, cuando lo comemos, lo hacemos en memoria de Él.

El pan es una figura de nuestra unidad en Cristo. Hoy día, un solo pan fue dividido para que todos lo pudiéramos compartir. Todos comeremos el mismo pan. Tenemos en común que todos participamos de un solo pan.

Todos los que estamos en Cristo hemos compartido del Pan de vida, Jesucristo. Nuestra comunión se encuentra en Jesucristo (1ª Juan 1:3), porque somos el Cuerpo de Cristo por medio de su muerte. El pan partido representa el cuerpo quebrado de Jesús que compartimos.

Dice Pablo, “El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan” (1ª Corintios 10:16). El pan es una koinonía.

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