¿Cuáles son los deberes de la iglesia hacia sus ancianos?

Hemos hecho una definición de qué es un anciano, y hemos visto las calificaciones que la Biblia nos da para un anciano, y hemos aprendido que los ancianos pastorean a las ovejas y enseñan la Palabra. Los ancianos tienen la responsibildad de seguir fielmente a Cristo y animar la iglesia a que haga lo mismo.

¿Cuáles son los deberes de la iglesia hacia sus ancianos?

Hemos repasado las responsabilidades que Pablo le dio a Timoteo y las aplicamos a nuestros ancianos. Ahora vamos a repasar nuestras responsabilidades como iglesia hacia nuestros ancianos.
Muchas veces los pastores no quieren abordar este tema porque es posible que parezca que se está manipulando a gente por su propio beneficio. Sin embargo, hay por lo menos dos razones bíblicas que debemos abordar el tema. Primero, es la responsabilidad del anciano enseñar fielmente la Palabra de Dios, y no solamente los pasajes que son cómodos y agradables. Si el anciano quiere que la grey de Dios sea madura y enteramente preparada, debe enseñar “toda la Escritura” (2ª Timoteo 3:16–17). Segundo, deberán dar cuenta sobre todos los miembros de la iglesia porque tienen el cuidado espiritual de la grey. Queremos que puedan dar cuenta de esa responsabilidad con gozo (cf. Hebreos 13:17).
Por otro lado, a causa de que muchos pastores y ancianos han abusado su autoridad, podemos preguntarnos, ¿cuál es el límite de la autoridad del anciano? Como hemos dicho, el anciano debe ser un mayordomo fiel de la autoridad de la Palabra de Dios. Por eso, su autoridad extiende a lo que enseñe la Biblia.
Nuestra responsabilidad hacia nuestros ancianos refleja las responsabilidades de los ancianos para con la iglesia. Los ancianos deben ser maestros y ejemplos fieles de la Palabra de Dios. Nosotros los miembros debemos someternos a la autoridad de la Palabra y seguir sus ejemplos. Ellos deben ser discípulos de Jesucristo y pastores fieles de Su iglesia. Nosotros debemos animarlos a crecer espiritualmente y debemos seguir su liderazgo.

Debemos someternos a la autoridad de la Palabra de Dios.

Puesto que creemos que la Biblia es la Palabra de Dios (2ª Timoteo 3:16), es nuestra autoridad final para todos asuntos de creer y vivir. Es verdad, podemos aprender la Biblia leyéndola por nosotros mismos, pero el Nuevo Testamento nos enseña que Jesús ha otorgado a la iglesia, dándole “pastores y maestros” para perfeccionarnos para hacer la obra del ministerio, edificando el cuerpo de Cristo (Efesios 4:11–12).

Debemos seguir sus ejemplos fieles de la aplicación de la Palabra de Dios.

Los ancianos han establecido un buen testimonio entre la asamblea de los creyentes y también fuera de la iglesia, delante del mundo (1ª Timoteo 3:2, 7). Por eso, el escritor de Hebreos manda a sus lectores que sigan los dos—la enseñanza y el ejemplo de sus líderes (Hebreos 13:7).

Debemos animarlos para ser discípulos fieles de Jesucristo.

Dios ha encargado a los ancianos con una tarea pesada: ministrar a pecadores que necesitan la gracia. Pero los ancianos también son pecadores que necesitan la gracia. Es posible que los ancianos estén tentados a no mostrar la gracia hacia los que ellos cuidan y ser severos o altivos. También los ancianos pueden olvidar la gracia que Dios les ha mostrado y estar desanimados y desalentados. Debemos respetarlos por su obra y tenerlos en gran estima (1ª Tesalonicenses 5:12–13).

Debemos seguir su liderazgo mientras seguimos a nuestro Príncipe de los pastores.

Dios ha dado a los ancianos un puesto de autoridad y responsabilidad en Su iglesia. Deben liderar la iglesia de Jesús para seguirle mejor. Dios nos manda a nosotros que estemos bajo su cuidado y que nos sometamos en humildad a su liderazgo (Hebreos 13:17; 1ª Pedro 5:5).

Para Considerar


  • ¿Cómo recibimos la enseñanza de la Palabra de Dios? ¿Somos enseñables? ¿Escuchamos bien? ¿Somos “prontos para oír, tardos para hablar, tardos para airarnos” (Santiago 1:19)? 
  • ¿A quién estamos dispuestos a escuchar diciéndonos que estamos equivocados? ¿Quién nos puede corregir? 
  • ¿Cómo podemos dar gracias a Dios por el ejemplo de nuestros ancianos? ¿Cómo podemos ver a Dios obrando en las vidas de los ancianos? Específicamente ¿cómo podemos “imitar su fe” (Hebreos 13:7)? 
  • ¿Cómo podemos animar a nuestros ancianos y recordarles de la gracia de Dios? ¿Qué los animaría? ¿Qué los desanimaría?  
  • ¿Qué debemos hacer para que nuestros ancianos puedan dar cuenta de nosotros con alegría (Hebreos 13:17)? ¿Con quejas?

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